Sé de quien me he fiado y estoy segura (Cfr. 2Tim 1,12)
El sábado 12 de mayo del 2018, la Provincia Nuestra Señora de la Altagracia se vistió de fiesta para celebrar las bodas de oro de cuatro Hermanas de esta Provincia: Minerva Eridania Martínez, Elvira Trigal Miguélez, Marta Andújar Lemonier y Delfina Vidal Martínez, con ocasión de la clausura de la visita canónica de la Superiora General, Hna. Maria Rosa Bernardo a la demarcación.Esta celebración fue presidida por Mons. José Dolores Grullón Estrella, Obispo de la diócesis de San Juan de la Maguana, que con gran alegría acogió la invitación a presidir la celebración.
Al celebrar estos 50 años de vida religiosa nuestras Hermanas, con gran gozo, expresaron su agradecimiento al Señor con estas palabras de Gracias, que siguen a continuación:
Gracias Señor por el don de la vida y la familia que a cada una nos regalaste, que con su sencillez y testimonio nos enseñaron a conocerte y amarte.
Gracias porque hace 50 años el Señor quiso contar con nosotras y nos invitó a una misión especial, acoger la invitación significó abandonar la barca de nuestras seguridades, dejar familia y país y permitir a Dios realizar su proyecto en nuestras vidas.
Gracias por nuestra Congregación que nos acogió, gracias por nuestras Fundadoras Teresa Toda y Teresa Guasch que marcaron el camino a seguir y con su ejemplo nos enseñaron a abandonarnos en las manos del Padre.
Gracias Señor por todas las hermanas de la Congregación, por nuestra Provincia y las comunidades que en estos 50 años nos han acogido, acompañado y ayudado a seguirte.
Gracias por la misión que tú mismo Señor a través de los superiores nos has encomendado a lo largo de nuestra vida, así como también te agradecemos las dificultades encontradas en el camino que nos han ayudado a superarlas pero siempre con la confianza puesta sólo en Tí.
También te agradecemos Señor la presencia de Monseñor José Dolores Grullón por su sencillez, cercanía y cariño así como la del Padre Duván que se gasta en su Ministerio, de la misma manera te agradecemos la vida de los sacerdotes y religiosas que han caminado a nuestro lado algún tramo de nuestra vida.
Agradecemos la presencia en este día tan significativo de Hna. Rosa María Superiora General y Carmen Herranz Consejera y Ecónoma General que con todas nosotras dan gracias a Dios porque Él, ha sido fiel, nos cuida y acompaña en cada momento y circunstancia de nuestra vida.
Gracias Señor por nuestras familias aquí presentes, nuestras hermanas de la Provincia, amigos de siempre y las familias que desde lejos se unen hoy a nuestra acción de gracias. Bendice su generosidad.
Celebrar bodas de oro, lejos de sentir que la vida se nos escapa, es seguir caminando con paz, sin prisas, pero sin pausas, dejando que Dios vaya realizando su obra en nuestro interior.
Es ahora cuando podemos entonar como María nuestro Magníficat, al final de todo hallaremos la ternura incalculable de un Dios que es Padre y Madre. Celebrar bodas de oro es seguir diciendo: Sé de quién me he fiado y estoy segura.
